Agentes de la Policía Nacional en una operación conjunta con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, han detenido a 18 personas, en las localidades madrileñas de Fuente el Saz del Jarama, Valdetorres del Jarama, Madrid capital, Ibiza, Málaga y en Lloret de Mar (Gerona) por su presunta participación en delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública, entre otros.
A algunos de los detenidos, además, se les imputan los delitos de trata de seres humanos, intrusismo profesional, contra los derechos de los trabajadores, contrabando e infracción a la ley de extranjería. Los arrestados promocionaban y organizaban encuentros por los que los participantes pagaban y donde se suministraban sustancias psicoactivas prohibidas y peligrosas para la salud.
La investigación ha sido realizada por agentes de la Comisaría General de Información y funcionarios de la Unidad Regional Operativa de Madrid de la Dirección General de Vigilancia Aduanera (Agencia Estatal de Administración Tributaria), con el apoyo de las Brigadas provinciales de Información de Barcelona, Granada, Brigada Local de Información de Ibiza, la Comisaría General de Policía Judicial y la Comisaría General de Extranjería y Fronteras.
La operación, ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid -el cual ha mantenido secreto de sumario hasta el pasado mes- y por la Sección Antidroga de la Fiscalía Provincial de Madrid.
La organización contaba con sedes llamadas “epicentros de evolución interior” distribuidas en las provincias de Madrid, Barcelona, Málaga, Granada e Ibiza, diferentes países de Europa y en otras partes del mundo, en las que celebraban dichos rituales y donde residían los miembros de la organización realizando largas jornadas de trabajo en condiciones irregulares.
Los arrestados, al amparo de un complejo entramado mercantil, promocionaban y organizaban internacionalmente múltiples retiros denominados de “evolución interior”, donde suministraban a los asistentes sustancias psicoactivas prohibidas y peligrosas para la salud, tales como ayahuasca, sapo bufo, rana kambó y peyote.
Dicho consumo era supervisado por un médico colegiado y su pareja –la cual se hacía pasar por Licenciada en medicina-, hecho con el que avalaban la idoneidad de la práctica. Para ello, disponían -incluso- de una plataforma online, mediante la que distribuían dichas sustancias.