El Rey Felipe VI, en compañía de la reina Doña Letizia, presidieron ayer en Cádiz el acto de entrega de más de una treintena de Medallas de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2022 manifestando que «no podría existir una España sin cultura».
El Rey ha recordado en este acto celebrado en Cádiz a la escritora Almudena Grandes, una «gaditana de adopción» y cómo se sentía respecto a esta tierra, «una casa de la que todos nos sentimos parte», que está «sobre el mar, mecida por los vientos y cuya luz alumbra hoy el camino de nuestros artistas y creadores».
Siguiendo con Cádiz, tierra que ha acogido la entrega de estas medallas, ha hablado del duende, «algo que no se ve ni se comprende plenamente» pero que «está ahí» y «conecta íntimamente y con un enorme poder transformador». Como representantes de ese «duende», ha nombrado a Lola Flores, Camarón, Paco de Lucía y Rocío Jurado. Así, se ha preguntado sobre «quién podría pensar siquiera en detener sus voces», «un acorde que brota, el verso o el quejío, el paso de una bailaora o una imagen sobre el lienzo».
Sobre los premiados, les ha trasladado su «más sincera felicitación» por este reconocimiento que valora sus trayectorias y trabajos porque «no hay arte sin dedicación y sin ilusión», así como «por el permanente regalo» de su trabajo y «por dedicar su vida a la cultura».
Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha puesto en valor «la entrega, el trabajo y el talento» de todos los galardonados, que hoy «dan brillo al oro de sus medallas», afirmando que Cádiz es «el mejor anfitrión» para un acto de este tipo, manifestado el «inmenso honor» que siente al presidir Andalucía, «la tierra del talento, del genio y el ingenio», que es además «punto universal de encuentro que ha hecho de la cultura su marca y del arte su imagen ante el mundo y su forma de vivir de entender la vida».
En representación de los premiados, tomó la palabra el cantante Víctor Manuel, quien ha expresado su «debilidad» por quienes realizan su trabajo cultural «en el alambre», en ese «equilibrio inestable de no saber cómo va a ser tu vida profesional y personal», y en actividades «tan precarias» como la interpretación, la música, la pintura o la literatura, sobre las que ha dicho, «las une un hilo invisible siempre a punto de ser destruido».