El Señor del Consuelo presidió en la tarde de ayer el Vía Crucis oficial de la Unión de Hermandades que tenía lugar en la Santa Iglesia Catedral, y junto con el miércoles de Ceniza, daba el pistoletazo de salida a la tan esperada Cuaresma.
En torno a las cinco de la tarde, el Señor del Consuelo, bajo el templete de Nuestra Señora de la Merced, debidamente forrado con tela de damasco y galones, bajaba la calle Merced acompañado por el nutrido cortejo del Transporte.
El Señor del Consuelo estrenó una túnica bordada en oro confeccionada por el Taller de Bordados Costura Sacra de José Segura, al igual que estrenaba Potencias en plata de ley y celulosa de carey con el emblema ‘Via, Veritas, Vita’, realizadas por Joyería El Oribe.
Las andas con las que portaron al Señor disponían de cuatro varas para ser portadas por 24 personas, dando a este número una importancia especial, siendo el día de la festividad de la patrona de Jerez (24 de septiembre).
El exorno floral para la ocasión consiste en orquídeas, misma flor que cada Domingo de Ramos exorna el paso de palio de Madre de Dios de la Misericordia. El traslado de ida estuvo armonizado por el Coro de Capilla San Pedro Nolasco, que interpretó coplas y composiciones musicales sacras.
Llegó al reducto la larguísima comitiva para comenzar el acto piadoso del Vía Crucis con la presencia de monseñor José Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez, el comendador del convento de la Merced, el sacerdote fray Felipe Ortuno Marchante, el presidente del consejo de la Unión de Hermandades, José Manuel García Cordero, la junta de gobierno del Transporte y un sinfín de cofrades que casi ponen el cartel de ‘no hay billetes’ en la seo episcopal asidonense.
El acto arrancó en la Catedral aproximadamente a las 19.15 horas tras sonar la marcha ‘Quién te vio y no te recuerda’, dedicada a la Reina del Transporte, marcha de David Hurtado. Ángel Hortas Rodríguez-Pascual, con maestría, interpretó la marcha y las siguientes piezas musicales que se intercalaban en las distintas estaciones.
Fueron muchos los cofrades congregados en la Catedral siguiendo las estaciones durante aproximadamente una hora. Una vez finalizado, El Señor del Consuelo, que llamó la atención de todos los presentes, fue traslado a su basílica de la Merced. Un largo recorrido acompañado por la Banda Sinfónica de la Puebla del Río. Fue en torno a la medianoche cuando se produjo la llegada del Señor, bajo su templete, a la basílica de la Merced.