Por Seguro que más de uno de vosotros os acordáis cuando el Papa Juan Pablo II decidió realizar una visita a Andalucía y más concretamente a la Virgen del Rocío. Pues hoy se cumple treinta años de aquel histórico día cuando el pontífice visitó la aldea almonteña y pronunció aquella frase famosa.
Fue el 14 de junio de 1993 cuando el Papa y hoy Santo, Juan Pablo II, decidió visitar a la imagen de la Virgen del Rocío tras pasar por diferentes lugares como Sevilla y clausurar el 45 Congreso Eucarístico Internacional.
El sumo pontífice fue recibido por una abarrotada aldea que esperaba ansiosa esta visita histórica ya que nunca se había producido un hecho igual. Y es que Juan Pablo II fue el primer Papa que pisó las arenas de El Rocío desde el origen de la devoción rociera hasta ese preciso momento.
Juan Pablo II entró en un Santuario colmado de todos los simpecados de las hermandades filiales existentes en aquel tiempo y se postró ante una de las devociones más universales de la Iglesia, la Virgen del Rocío. Tras permanecer unos minutos rezando ante la Blanca Paloma, el Papa se asomó al balcón que se construyó para la ocasión y desde allí exhortó a los fieles reunidos con sus palabras. Fue en aquel instante cuando el Papa pronunció la mítica frase ‘que todo el mundo sea rociero’; lema que se ha quedado grabado a fuego entre los devotos de la Santísima Virgen del Rocío.
Treinta años de un día inolvidable para la devoción rociera, para Andalucía y para la Iglesia española.
